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El COPIB subraya la necesidad de contemplar medidas de apoyo psicológico para los supervivientes del suicidio en Baleares
El suicidio se cobra cada año miles de vidas en el mundo, aunque otras miles de personas sobreviven a él.
Comunicació COPIB 21/11/2020 - 08:21:17

El COPIB subraya la necesidad de contemplar medidas de apoyo psicológico para los supervivientes del suicidio en Baleares

El suicidio se cobra cada año miles de vidas en el mundo, aunque otras miles de personas sobreviven a él: familiares de la víctima, amigos y conocidos. Coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional del Superviviente del Suicidio, cada tercer sábado del mes de noviembre, el Col·legi Oficial de Psicologia de les Illes Baleras (COPIB) advierte que el impacto psicológico que la pérdida traumática de una persona puede ocasionar en su entorno familiar y social no se puede menospreciar y subraya la necesidad de prever medidas y reforzar los dispositivos asistenciales especializados con profesionales de la psicología para garantizar la recuperación de los supervivientes del suicidio en las Islas.

Según la OMS, cada acto suicida afecta a un mínimo de 6 personas. En las Islas, la última estadística disponible de 2018 registró 71 muertes por suicidio, por lo que estaríamos hablando de más de 400 supervivientes del suicidio en Baleares. Eso sin tener en cuenta que se estima que la cifra real de suicidios que se producen en nuestra comunidad, en grado de tentativa y consumados, podría duplicar fácilmente los datos registrados, por lo que estaríamos hablando de más de 800 personas supervivientes del suicidio en nuestro archipiélago al año.

La coordinadora del Grupo de Trabajo de Investigación, Prevención y Asistencia a la conducta suicida del COPIB, Jennifer Prata, explica que reparar el daño producido por la pérdida traumática de un familiar o persona allegada es un trabajo complejo, porque son muchos los sentimientos, emociones y percepciones que se despliegan en el superviviente: “abandono, culpa, vergüenza, estigma, aparición de conductas autodestructivas y especialmente sensación de vacío. Un vacío inesperado que descoloca el orden individual, familiar y social, con efectos y reacciones diferentes en cada individuo afectado”. Todo ello, apunta, “exige necesariamente una labor conjunta de sensibilización e información ciudadana para concienciar sobre el sufrimiento de estas personas y romper el estigma que envuelve al duelo por suicidio”.

Desde el COPIB consideran que, si bien las principales estrategias de la administración tienen que estar enfocadas en la prevención y en el tratamiento de la conducta suicida, no menos importante es profundizar y plantear soluciones y medidas de apoyo psicológico a los supervivientes.

Hablamos de atender las necesidades de estas personas dotando al sistema asistencial de los recursos psicológicos adecuados, pero también hablamos de formar profesionales que puedan atender las necesidades de estas personas, de disponer de herramientas válidas para actuar en el duelo por suicidio, de hacer corresponsables a las instituciones sanitarias y sociales, influyendo, a la larga, en el conjunto de toda la sociedad, pues en el fondo, la dificultad de poder intervenir en el suicidio y con los supervivientes no es más que la lucha por dejar de ver como un tabú esta realidad”.

Concienciar a la población y hablar abiertamente sobre el suicidio sigue siendo necesario, porque todavía existen muchos tabúes”, destacan. “La influencia social, cultural e individual sobre las creencias arraigadas en el suicidio y los supervivientes, hacen que sea difícil poder hablar de lo sucedido, de la culpa, de los temores, de las distorsiones y sentimientos”.

 

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